Lo que algunos califican como hitos en el cronograma electoral, se han convertido realmente en instrumentos para cortar la participación política a millones de ciudadanos. El esquema elaborado por el JNE, en complicidad con el Congreso y el gobierno de turno, genera todos los incentivos para reducir la participación de nuevos rostros y nuevos proyectos políticos. Vamos por la primera guillotina: 12 de julio del 2024. Esta fecha marcará el inicio de la precampaña electoral general. Por un lado es el plazo máximo para inscribirse en un partido si quieres postular de presidente, vicepresidente, diputado o senador. Por otro lado, también es el plazo máximo para obtener el registro de organización política inscrita si quieres participar del 2026. Por lo que se ve, muchos partidos como Batalla Perú, Ahora Nación, Ciudadanos por el Perú, Centro Unidos y otros, quedarían fuera.

Una segunda guillotina es el 16 de octubre del 2024. En este caso cierran las afiliaciones para quienes deseen postular como gobernadores regionales y alcaldes. La tercera guillotina será letal para las agrupaciones que se inscribieron regalando gaseosas o galletas: octubre 2025. En un domingo de este mes se llevarán a cabo las primarias para elección de listas a las elecciones generales. La novedad es que deben acudir a votar voluntariamente al menos el 10% de afiliados de las organizaciones políticas. Quienes no tengan capacidad de movilizar a sus afiliados perderán la posibilidad de postular.

Este panorama no promueve que los ciudadanos, en su mayoría alejados de la política, participen y ganen una candidatura sino todo lo contrario. Genera que las cúpulas partidarias tengan el poder y que solo los “más interesados en postular” sean los que queden. La receta de Tuesta y Salas Arenas garantiza que el menú electoral del 2026 sea reducido y carente de novedades.