El Congreso está en la obligación de actuar con responsabilidad y pensando en los intereses de un país en momento de crisis sanitaria y económica. Es verdad que los señalamientos de presuntos actos de corrupción que pesan sobre el presidente Martín Vizcarra son muy graves. Lo hemos dicho desde un principio y lo reiteramos. Sin embargo, ante todo está el Perú.

El país no puede ser llevado en la dirección en que soplan los vientos lanzados por cuestionados líderes de bancadas del Congreso como son Antauro Humala y José Luna, que son los principales promotores de vacar a un presidente que ya está de salida y que, sin duda alguna, una vez que deje el cargo tendrá que pasar varios años frente a la justicia.

Un cambio de gobierno en estos momentos no sería lo más saludable para el país. Mirémoslo así, con un sentido práctico si se quiere. Las elecciones generales están convocadas y en ellas tendremos la oportunidad de dar la vuelta a la página.

En la jornada de hoy el Poder Legislativo, ese que con justa razón suele recibir duras críticas, tiene que ponerse a la altura de la complicada situación que atraviesa el Perú. La crisis sanitaria y sus consecuencias nos han metido en una gran tormenta de la que no se sabe cómo ni cuándo vamos salir. No sumemos más incertidumbre en un momento como este.

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