La implementación de la Agenda 2030 de la ONU por parte del CEPLAN en Perú es un peligro para la soberanía nacional. Esta agenda, disfrazada como un plan de desarrollo sostenible, en realidad impone una ideología progresista que amenaza nuestras tradiciones y valores fundamentales.
Primero, busca desmantelar la institución de la familia, promoviendo una ideología de género que confunde a los niños desde temprana edad y distorsiona los roles familiares. Esta agenda se infiltra en el sistema educativo y socava el núcleo familiar.
Además, bajo el engaño de “salud reproductiva”, fomenta el aborto, presentándolo como un derecho esencial y una cuestión de salud pública. Esto atenta contra la vida del concebido y desoye las creencias religiosas y morales de la mayoría de los peruanos, imponiendo una agenda contraria a sus principios.
En el ámbito de los derechos humanos, la Agenda 2030 pervierte su significado para favorecer a violentos y terroristas, desprotegiendo a los ciudadanos de bien y atacando a las fuerzas de seguridad. Esta dinámica incrementa la inseguridad y mina la autoridad y el respeto por nuestras instituciones.
Finalmente, obliga a recibir inmigración ilegal, lo que fomenta el incremento del crimen y la inseguridad. La imposición de aceptar a todos los inmigrantes sin una regulación adecuada genera un entorno de miedo e inestabilidad. CEPLAN, al alinearse con esta agenda y sus directrices, pone en riesgo la paz y el bienestar de los peruanos.