Cuando Pedro Pablo Kuczynski (PPK) era candidato presidencial se dio una vuelta por el norte del país, donde confirmó lo que cualquier vecino sabe: la falta de agua y saneamiento. Antes, Alan García había descubierto que en la sierra no todos tenían luz, por lo que implementó un programa de energía eléctrica para todos. ¿Se logró algo positivo? No

El servicio de agua y saneamiento en cada provincia está a cargo de monopolios, cuyas gestiones son desastrosas. Y PPK lo sabía, al punto que prometió rumbo al bicentenario que ningún peruano se quedaría sin agua ni desagüe, algo que aún no se ha logrado.

En el norte del país, las empresas prestadoras de servicio de agua y saneamiento no tienen liquidez. ¿Cómo es posible esto si no tienen competencia? Resulta que son controladas en base al político de turno: sirven para generar puestos de trabajo a dedo.

Cuando Alan García prometió energía eléctrica nadie pensaba en el tipo de potencia que esta tendría en las zonas rurales. Para que usted sepa, los pobladores solo podían prender un foco en su casa, y con esto el gobierno se daba por satisfecho.

Los vecinos de las zonas andinas no querían luz para poder ver por la noche, sino que deseaban producir. Lamentablemente, la línea de transmisión no permitía energía para potenciar una micro o pequeña empresa, sino que se trataba de un servicio para la casa. La idea era llevar desarrollo a los pueblos, no prenderles solo el televisor. ¿Por qué no hay un cambio?

Para aquellos que ya se anotaron en las próximas elecciones, sería bueno que vayan planeando una solución a estos dos servicios básicos para el desarrollo, no solo para lavarse la cara y prender la luz de la sala.