La reciente censura al ministro Santiváñez es el resultado de la presión ciudadana y mediática luego de los últimos sucesos luctuosos que rebasaron el vaso social, pero también es el efecto de una torpe “estrategia” del Ejecutivo al querer insistir en su permanencia a como dé lugar. Luego de la censura hay quienes avizoran un futuro político incierto para Dina Boluarte, y hasta algunos sueltan la hipótesis de que luego de convocadas las elecciones en abril, su permanencia en el puesto es más que precaria. Es decir, la vacancia podría ser viable y posible sin el riesgo de que los padrastros de la patria convoquen a elecciones y recorten su mandato.
¿Qué viene ahora en el sector Interior mientras la inseguridad y la criminalidad avanzan galopantes? Es poco probable que se quiebre o rompa el pacto Ejecutivo-Congreso. Creemos que el mismo seguirá incólume y sólido, y que probablemente este pacto se refuerce con el nombramiento del nuevo ministro de similar perfil áulico. Que no nos extrañe que el “nuevo” ministro venga de las canteras fujimoristas o afines.
Muy poco cambiará para la población de a pie con la censura de Santivañez. Desde el gobierno y los responsables de trabajar por la seguridad continuará el trabajo errático e incompetente. La ola delictiva que azota al país y las regiones seguirá rampante. Peor aún por la manera en que se ha extendido la extorsión como modalidad criminal y la ferocidad con que estas bandas operan, sino por la influencia que han alcanzado las economías ilegales en las esferas del poder. Mientras permanezcamos en modo tibio y con abstenciones, con gente neutra y cobarde, seguiremos igual.