Hasta que por fin la congresista Rosselli Amuruz (Avanza País) confirmó lo que era un secreto a voces: la relación sentimental que mantiene con el exlegislador Paul García Oviedo, y la defiende argumentando que este es un hecho que pertenece al ámbito privado y tiene toda la razón.
Pero, ¿por qué la prensa, y el Ministerio Público, están interesados en una relación de dos personas adultas? Pues porque Amuruz y los despachos que tiene asignados como tercera vicepresidenta de la Mesa Directiva del Congreso han contratado a allegados de su ahora reconocida pareja, incluida la hermana del exlegislador, Paola García Oviedo.
Peor aún, Amuruz reconoció en Canal N que su pareja le recomendó a las personas que finalmente fueron contratadas.
La congresista puede tener la pareja que desee, pero contratar a ocho personas cercanas a esta, por recomendación de la misma, configura un serio conflicto de intereses, hecho que fue pasado por agua tibia en la Comisión de Ética del Congreso, que se negó a abrirle un proceso por este hecho.
¿Habrá sanciones? Si no la censuraron por organizar y participar en una fiesta que acabó en una balacera y un asesinato, es bastante probable que esta situación quede en nada y se confirmaría, otra vez, que otorongo no come otorongo.