Los demócratas, que controlan holgadamente la Cámara de Representantes en el Capitolio -sede del poder legislativo-, luego de un debate de dos horas, aprobaron el inicio del segundo juicio político a un presidente en la historia del país más poderoso del mundo.

Así, pues, la animadversión política crónica de la demócrata Nancy Pelosi, presidenta del Congreso de los EE.UU., hacia Donald Trump, 45°mandatario en su historia nacional de 244 años, no ha tenido límites y en la víspera, casi a tono de epitafio, luego de referir que “debe irse porque es un claro peligro” para el país, ha logrado conseguir los votos necesario para el impulso del impeachment pues solo era suficiente lograr una mayoría simple en la cámara baja, es decir, 218 votaciones de los 435 congresistas, y vaya que los obtuvieron y hasta los superaron sin mayor trámite ni esfuerzo, llegando hasta los 232 votos frente a los 197 en contra.

En esta columna habíamos advertido este escenario pero también de que en el Senado -la cámara alta- integrada por 100 senadores, y donde deberá realizarse el juicio político propiamente dicho, para que sea consumada la destitución de Trump, los demócratas tendrían que conseguir 2/3 del total de los senadores, es decir, 67, lo que parece realmente muy difícil.

Siendo los demócratas apenas 50 y contando algunas adhesiones republicanas que no superarían los dedos de la mano -requieren 17-, la pretensión para destituir al mandatario neoyorquino, aparece cada vez más compleja.

Más allá de que restan solo 6 días para que Trump deje de ser presidente y de que algunos senadores republicanos que inicialmente se volvieron contra Trump mostrando su intención de sumar a los objetivos demócratas de arrancarlo de la Casa Blanca, pareciera que el reciente viaje de Trump hacia la frontera con México para supervisar el estado actual del muro que mandó construir y que ha sido considerada la obra colosal y símbolo de mayor impacto mediático de su gobierno, Trump ha recordado a los políticos del partido republicano de que, aunque se encuentre seriamente menoscabado, podría recuperarse mirando el 2024. Por esa razón los demócratas persisten en su destitución.