No siempre se entiende la influencia que ejercen los opinantes y particularmente los líderes de opinión -que usualmente preocupa a los gobernantes- porque es difícil de aquilatar. El caso de Federico Salazar y su columna “Ir a votar sin DNI” (El Comercio 22/02/2016) puede ser una buena ilustración del tema.

Federico escribió “Quiero votar. En la mesa de sufragio me piden el DNI. No lo tengo, pero quiero votar. Tengo un derecho constitucional a elegir a mis autoridades. Un simple formulismo documentario no puede impedir que ejerza mi derecho a votar, reconocido en la Constitución. Esta es la posición que sostiene Julio Guzmán (y TPP)”.

Al poco rato los candidatos presidenciales, a congresistas y varios otros opinantes usaban términos similares para argumentar demandando la exclusión de Guzmán. La columna de Federico los impactó e hicieron suyos sus conceptos, incluyendo al JNE cuyas resoluciones tienen un ojo en esas columnas.

En formas quizá menos automáticas y evidentes, periodistas, columnistas, entrevistados, usuarios de redes sociales, etc., forman opinión, a la que son sensibles el público y los candidatos.

Sería bueno para la educación peruana que todos los actores políticos, académicos, empresariales y periodísticos que tienen algún liderazgo de opinión lo ejerzan para reiterar la necesidad de apostar por la urgente necesidad de impulsar la “innovación en el aula”, capaz de producir mayores aprendizajes en los alumnos, de modo que ese objetivo se convierta en un sentido común para todos los peruanos, que obligue a los gobernantes a caminar en esa dirección.