Tenía 12 años, y casi como un juego, subió por primera vez a un escenario, sin imaginar que la música y su talento para el canto marcaría la pauta de su vida. Cecilia Bracamonte recuerda ese inolvidable episodio siempre, pero en estás últimas semanas ha regresado con fuerza a su memoria en la celebración de sus 60 años de carrera; exitosa, intensa, el vivo ejemplo de lo que debe hacer quien se hace llamar artista. “Tantos recuerdos y tanto agradecimiento, me siento privilegiada, tuve tiempos malos, pero la mayoría han sido agradables. Han pasado 60 años y ustedes están ahí”, dijo una emocionada Cecilia la noche del festejo; de un concierto en el que resumió musicalmente su trayectoria en el Gran Teatro Nacional. Pocas cantantes llegan a seis décadas con la voz intacta, con esa impecable presencia sobre las tablas, con una historia detrás que aportó con su estilo a la música criolla e internacional, la Bracamonte puede presumir de eso, pero está alejada de la vanidad, ese también es su sello. Musa de Augusto Polo Campos, inmenso compositor que le escribió temas que se convirtieron en clásicos, privilegiada artista que tuvo como productor y maestro a Óscar Aviles, son solo algunos de los hitos de su carrera que ha merecido un documental, “Energía Pura”, producido y realizado por la Upc Cultural y que también fue un tributo a sus seis décadas artísticas. “He tenido la dicha de hacer en la vida lo que más quería y eso es el privilegio más grande que cualquier ser humano puede alcanzar”, comentó emocionada la noche del estreno y no podían ser más ciertas sus palabras. Ella no piensa en el pasado, lo respeta, lo atesora, pero siempre está pensando en el nuevo espectáculo que presentará, en esos temas que quiere grabar y en el público que le pide que no se le ocurra decir adiós a los escenarios. Para la artista, estar un paso adelante es su inspiración, como también son sus compañeras de oficio a quienes celebra sus triunfos, en un mundo en el que muchas veces el egoísmo se impone. Así es Cecilia Bracamonte, la mujer, la artista, símbolo viviente de nuestra música, intérprete privilegiada que se sigue reinventando y que vive su vida “a su manera”, como el tema que canta como final de sus espectáculos. La emblemática canción que la representa y que le recuerda cada vez que la presenta: “si hay que morir y hay que pasar, nada dejé sin entregar, porque viví a mi manera”.
Los 60 de una grande por Johnny Padilla (OPINIÓN)
Columna de opinión.