Resulta paradójico que una frase usada a menudo por Vladimir Cerrón para alentar a los militantes y simpatizantes de Perú Libre (“¡Hasta más allá de la victoria!”) en sus participaciones electorales, desde el 2008, el último domingo haya sido destinada para destacar el triunfo en primera vuelta de Lula en Brasil. De la debacle de su partido en nuestro país no habló nada.

Debe haber sido un duro golpe para que se quede paralizado, en silencio, tanto tiempo. El lápiz quedó último en Lima y fue derrotado en las 15 regiones donde presentó candidatos.

El mutis de Cerrón duró poco más de un día. En modo negación, en la noche del 3 de octubre destacó los triunfos del lápiz en algunos distritos del interior del país y finalizó diciendo “tranquilos, nos vemos el 2026″. No era consciente que el gran caudal de votos logrado por Perú Libre en el 2021 se redujo a lo mínimo. Dejó de ser a gran fuerza política que prometía.

Es evidentes que la mayoría de peruanos votó como si de un plebiscito se tratara. Prefirió apoyar a los opositores al Gobierno y castigar a los movimientos políticos allegados a Pedro Castillo, entre ellos Perú Libre.

Por supuesto que hay otros partidos que también han sido vapuleados en las últimas elecciones. Fuerza Popular y Acción Popular ha tenido una dura caída luego de algún tiempo en el primerísimo plano.

La gente le ha puesto una luz roja a estos partidos. Ya no cree en ellos. Les están diciendo que ya no creen en sus promesas ni en sus planes.

En tanto, lo sucedido en las elecciones no solo se circunscriben al tema regional o municipal, es también un llamado de atención al Gobierno. La lección de las urnas ha sido tan clara y contundente que no oírla sería una negligencia absoluta. ¿ Llegarán mejores tiempos?