La semana pasada un artículo del presidente de CADE 2019 ponía el foco en el interés que mostraron los medios de comunicación en los temas desarrollados en la reunión anual de ejecutivos. Pero más allá de entenderse solo como crítica lo dicho debería alentar una discusión de fondo sobre cuán acertada es la lectura que hacen de sus públicos los medios y el sector empresarial.Señala el presidente de CADE que los medios parecieron no comprender el clamor de la ciudadanía por servicios públicos de calidad y soslayaron la información brindada sobre los riesgos de la informalidad, el narcotráfico y la minería ilegal. Y se pregunta si el enfoque de los medios está solo alrededor de lo que vende y reclama a la prensa “un deslinde del populismo y un alineamiento con las necesidades del país”.Tiene razón en reclamar un mayor atención sobre los asuntos que menciona, y su inquietud debe servir también para analizar cuán efectivo fueron para elaborar mensajes lo suficientemente atractivos para los medios y sus públicos o si –como dice- son los medios los que han optado por prestar menos atención a la discusión de los temas de trascendencia para enfocarse en aquellos asuntos más ruidosos que generan la impresión de que solo se piensa el día a día. La respuesta no es sencilla y cada uno de los involucrados defenderá la manera en que hace su trabajo. Algunas empresas suelen pensar que los medios pueden ser una extensión de sus departamentos de comunicaciones o sus relacionistas públicos y se extrañan de que no se publique la información que ellos consideran importante o atractiva, sea a través de notas periodísticas o de diferentes productos comerciales que pueden mezclar contenidos informativos o utilitarios con lo comercial. Los medios, por su parte, atraviesan globamente una crisis de identidad frente al reto de entender a un público cambiante por el impacto de la tecnología. Pero el mayor problema es dejar de lado lo que interesa al ciudadano, lo que le importa y cómo se expresa, y terminan hablándose entre ellos. Y eso explica en parte por qué cada vez menos oyentes, lectores y televidentes de los llamados medios tradicionales. En este caso también se trata de saber entregar contenidos valiosos y lo suficientemente atractivos y no escudarse solo en cuestiones tecnológicas.