Dicen que la justicia tarda pero llega, que la justicia es el péndulo y aquella balanza sostenida por una Dama con los ojos vendados?que para ella no existen ricos, pobres, blancos, amarillos, mulatos o andinos; que es mejor esperar el peso de la Ley de los hombres por encima, incluso, del perdón Divino. Y así hay mucha gente esperando aún ese significado incólume de Justicia, de la decisión de aquella Dama con los ojos vendados y la balanza en sus manos?
Y así, como las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina o aquellas Madres chilenas ansiosas de justicia ante el dictador Pinochet alguna vez?así continúan muchas Madres ayacuchanas buscando aún la verdad que tanto se niega en florecer, así Mama Angélica sigue con sus pasos ahora un poco lentos pero seguros de encaminarse a la verdad y la justicia, así Mama Angélica sigue escarbando aquel terreno de la impunidad y del borrón y cuenta nueva bajo un designio de honor y tenacidad por llegar a la verdad, a esa verdad que se está haciendo esperar demasiado?a esa verdad que muchos la quieren lapidar.
Si habría que estimar esfuerzos y sacrificios ligados al holocausto de los ochentas, tendríamos que mencionar también innumerables muestras de oblaciones humanas como las de Mama Angélica, la mujer de hierro fundido en las entrañas de la muerte e injusticia misma?la mujer madre que aún sigue pidiendo justicia y sanción para los que desaparecieron a su hijo Arquímedes como señala la periodista María Elena Castillo?la mujer que quizá ya no tenga lágrimas para seguir llorando, aquella mujer madre que aún sigue de pié tocando innumerables puertas para darse cara a cara con aquella Dama de nombre Justicia.
Mama Angélica sigue esperando, sigue en compás de espera del lado de muchas otras madres y familiares de víctimas y desaparecidos en una guerra interna en nombre de la democracia?sigue respirando aires de injusticia social e impunidad, sigue escuchando un rosario de promesas, sigue recibiendo abrazos, saludos, sonrisas enmarcados casi siempre en un halo de hipocresía?pero lo que aún no recibe Mama Angélica hasta hoy, es sencillamente la visita de aquella Dama llamada Justicia.
Y así, muchas Mamas Angélicas continúan subiendo al Calvario con una cruz que pocos conocen, con las llagas que la injusticia abre sin misericordia, con la sangre que cuanto más seca está, pareciera revivir esperanzas muertas?allí van muchas Mamas Angélicas llevando el peso de no haberse despedido jamás de sus seres queridos, ese peso que suele ser inexplicable para quienes no lo sintieron alguna vez?allí va Mama Angélica buscando la verdadera puerta para darse cara a cara con tan importante señora de nombre ?Justicia-.