En la gran prensa peruana ha pasado bastante desapercibida la noticia de que unos 150 intelectuales y artistas, entre ellos Noam Chomsky, Gloria Steinem, Margaret Atwood, JK Rowling, Wynton Marsalis, Francis Fukuyama, Salman Rushdie, el sociólogo Malcolm Gladwell, Michael Ignatieff, Mark Lilla, Steven Pinker e incluso el exajedrecista Garry Kasparov firmaron un manifiesto contra “la intolerancia hacia perspectivas opuestas, la moda de la humillación pública y el ostracismo” que está aumentando considerablemente en USA, incluido el lado supuestamente más progresista del espectro político.  

Los firmantes del manifiesto publicado en la revista Harper’s denuncian las actitudes que debilitan las normas del debate abierto y la falta de tolerancia a las diferencias ideológicas, señalando la imposición de un “clima intolerante que se ha establecido en todos lados”.

Así, “el libre intercambio de información e ideas, que son el sustento vital de una sociedad liberal, está cada día volviéndose más estrecho. Aunque esperábamos esto de la derecha radical, lo censurador se está extendiendo más ampliamente en nuestra cultura: la intolerancia hacia las perspectivas opuestas, la moda de la humillación pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver asuntos complejos de política en una certitud moral cegadora”. Vaya, vaya.

Quienes firman este manifiesto contra la intolerancia son estrellas del firmamento progresista global, hartos de la caja de Pandora que ellos mismos han contribuido a abrir merced a su relativismo. Así, los firmantes sostienen que cada vez es más frecuente exigir “represalias rápidas y duras en respuesta a lo que se percibe como transgresiones del discurso y el pensamiento”. Este tema es tan rico que merece leer la carta () y profundizar la reflexión.