Apenas ocurrió la tragedia del derrame de crudo en el mar de Ventanilla mientras un buque tanque descargaba en la refinería de La Pampilla-Repsol, el presidente Pedro Castillo aprovechó para ganarse salir en cámaras y ganarse el aplauso mientras caminaba por las playas devastadas y tomaba en sus manos algunas aves muertas o agonizantes.

Incluso el mandatario acudió a la zona afectada para firmar un documento que disponía dar prioridad a la recuperación de los daños. Sin embargo, como muestra de que todo era humo y más humo, el presidente Castillo nombró como ministro del Ambiente a Wilber Supo, un bachiller el geografía y profesor escolar con cero experiencia en el sector.

Su único antecedente “valioso” para llegar a ser ministro, ha sido su fallida candidatura al Congreso por Perú Libre, por lo que su designación ha sido una falta total de respeto al país ya quienes resultaron afectados por el derrame de petróleo del 15 de enero del mes pasado.

El presidente Castillo está recomponiendo su gabinete, y es de esperarse que en el nuevo equipo no incluya al señor Supo, quien podrá tener muchas virtudes personales y como docente escolar, pero no para un cargo tan especializado como el titular del Ambiente en un momento tan critico.

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