Un adolescente comparte con su tutor un tema que lo afecta profundamente. Gabriel tiene un compañero que nació varón pero quiere ser mujer, y otro que solo se siente atraído por varones. Sus padres, temerosos de que estas experiencias influyan en su identidad, le han pedido que se aleje de ellos. Gabriel, desconcertado, expresa su deseo de apoyar a sus compañeros y al mismo tiempo sentirse seguro sobre quién es. No quiere lastimar a sus amigos ni preocupar a sus padres. Busca consejo sobre cómo manejar esta situación.
Mario, su tutor le dice que la identidad de género es algo personal y profundo, que no se puede cambiar ni copiar por la influencia de otros. Estar cerca de sus compañeros no cambiará quién es por dentro. Le sugirió aprender más sobre la identidad de género para que se sienta más seguro y pueda explicar a sus padres por qué no deben temer.
Mario aconsejó a Gabriel seguir siendo un buen amigo, ser empático y solidario, y mantener una comunicación abierta con sus padres. Le recordó que en la escuela están para apoyarlo si se siente abrumado. Le pidió que no deje de hablar con sus padres sobre tus sentimientos y preocupaciones. Puede explicarles que respeta sus opiniones, pero también quiere ser justo y comprensivo con todos tus compañeros. Puede pedirles que se pregunten si ellos fueran los padres de uno de esos niños, qué esperarían de la conducta de sus compañeros.
Es importante evidenciar comprensión y empatía para enfrentar los miedos y prejuicios. Gabriel, al buscar consejo, demuestra una madurez admirable en su intento por hacer lo correcto y ser justo con todos.