En estos días de Semana Santa, el panorama político en nuestro país se torna agitado, no solo por el ruido de las denuncias de irregularidades que rodean a la presidenta Dina Boluarte, sino también por las decisiones del Congreso que parecen más enfocadas en sus propios intereses que en los de sus representados. Es en momentos como estos que debemos aprovechar la oportunidad para el recogimiento del alma, la meditación y, sobre todo, la reflexión.
Por ello, la mandataria debe honrar su compromiso de transparencia y rendir cuentas ante el Ministerio Público en el caso de los Rolex. Según la Fiscalía, hasta el momento ha obstaculizado en tres ocasiones las diligencias requeridas.
Además, es crucial que las autoridades de los tres niveles de gobierno comprendan la gravedad de la situación actual. La credibilidad de la clase política está en entredicho y, más allá de los discursos, enfrenta el desafío de cumplir con lo que tanto se predica: la lucha contra la corrupción. Para superar la crisis que atraviesa el país, se requiere actuar con transparencia y demostrar y recuperar la confianza.
Es hora de dejar de lado la demagogia y la mentira. También los pretextos y las excusas irrelevantes. Aunque algunos lo hagan con la intención de sentirse más íntegros, lo único que logran es enfurecer a los ciudadanos.
Por tanto, estos momentos de reflexión deben servir para actuar con honestidad. Solo así se podrá trabajar por un futuro mejor.