Los acontecimientos de los países vecinos son parte de nuestras preocupaciones, porque somos parte de América Latina y porque lo que sucede en cada uno de nuestros países repercute, directamente, en la vida de nuestras sociedades, como ejemplos a imitar o evitar.
En El Salvador las “maras” lo volvieron uno de los países más violentos e inseguros del mundo hasta que bajo el gobierno de Nayib Bukele, se detuvo 70,000 personas aplicando medidas represivas populistas y con amplio margen de error que significó que un 10% fueran inocentes, lo cual siembra la duda sobre el total de inocentes detenidos, como ocurriera en el Perú con los llamados “jueces sin rostro”.
El avance de la delincuencia organizada en el Ecuador ha llevado a su presidente, Daniel Noboa, a implementar fuertes medidas represivas.
Los intentos de permanecer en forma indefinida en el poder con “interpretaciones auténticas” de las constituciones y leyes electorales, poniendo trabas a los potenciales competidores, se intenta en Venezuela, Bolivia y El Salvador tal como sucedió en el Perú con Alberto Fujimori
Los intentos del actual presidente argentino Javier Milei de desaparecer derechos laborales, como ocurriera en el Perú, son resistidos por el pueblo con masivas movilizaciones en las calles, logrando hacer retroceder algunas medidas.
Que el papa Francisco reciba a Milei tras haber sido calificado como “imbécil”, “comunista” o llamado “representante del Maligno en la Tierra”, así como las experiencias de diálogo entre fuerzas políticas en Chile y Uruguay, nos pueden servir de ejemplo para avanzar en el camino de constituir acuerdos políticos de Estado en bien del país.