El irrepetible holocausto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) concebido y decidido por la insanía de Adolfo Hitler, conmocionó al mundo entero. Más de 6 millones de judíos fueron exterminados. Esta situación generó el aceleramiento del fenómeno del retorno hacia el territorio de la Palestina, aún bajo el Mandato británico otorgado por la entonces Sociedad de Naciones en 1922.

Dos años después del fin de la guerra, en 1947, la ONU tuvo que asumir el activo de abordar el asunto de Palestina, y para ello decidió crear una comisión que pudiera determinar la mejor salida a la disputa que mantenían por un territorio que pertenecía a ambos pueblos desde siempre. Así, la denominada Comisión UNSCOP –la integró el embajador peruano Arturo García Salazar, ex canciller de la República (1918-1919)-, decidió proponer como recomendación al pleno de la Asamblea General de la ONU, la partición de toda la Palestina.

Así fue como un día como hoy, hace 74 años, la ONU aprobó la Resolución 181 que estableció la partición del territorio en dos Estados: Israel y Palestina. Los judíos la aceptaron y David Ben-Gurión declara la independencia de su pueblo al año siguiente. Los árabes no, y ese mismo día declararon la guerra a Israel. Luego vendría la sonada Guerra de los Seis Días (1967) en que Israel sorpresivamente tomó el Sinaí y gran parte de los territorios de los árabes, cuya mayor consecuencia fue el surgimiento de los asentamientos judíos por la ocupación, y de otro, de los refugiados palestinos pues fueron obligados a dejar sus tierras. Los resentimientos cundieron y la violencia se volvió una regla.

Hay quienes creen que se trata de un problema religioso cuando no lo es, y aunque tenga un sesgo en ese sentido -el asunto de la jurisdicción de Jerusalén-, el problema entre Palestina e Israel es por territorios y sigue siendo central en la política internacional de Medio Oriente. Palestina debe convertirse en Estado pleno de la ONU e Israel vivir con una paz que solo los árabes deben asegurar. La normalización de las relaciones de Israel con algunos países árabes, aunque importante, es insuficiente, y el frente interno palestino debe alcanzar la unidad que aún no tiene por el extremismo del Hamas que controla la Franja de Gaza. No dejen este tema para las calendas griegas.

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