La performance de Juan Pari el domingo último, durante la exposición de los equipos técnicos de Perú Libre y Fuerza Popular, ha sido una vergüenza y una muestra del precario nivel del equipo que acompaña a Pedro Castillo, el hombre que quiere ponerse al frente de un país en crisis y que ha salido a pedir el voto de los peruanos para, en realidad, llevarnos a la ruina y colocarnos en un rumbo similar al de Venezuela o Cuba.

Habló hasta del imperio incaico y puras generalidades. Creía que estaba frente a sus amigos tomando un café. Cero preciso, cero profesional. Este es el “gurú” económico de Castillo, el “genio” que nos sacará de la pobreza acentuada por la pandemia, el hombre que dice que hará que los pobres tengan empleo, alimentos y salud. Realmente ha dado vergüenza ajena ver a este personaje que no está a la altura de ningún reto.

Pari está quizá como para ser ministro de un gabinete precario a cargo de Ricardo Belmont, a quien Castillo ofreció el puesto de premier hace unos días. Parece broma, pero es verdad. El problema es que esta gente que no ata ni desata y con todas sus limitaciones, es la que se pondría al frente del Perú mientras miles claman por una cama UCI en la puerta de un hospital y no tienen trabajo.

Para un país en crisis, donde la pobreza se ha incrementado por la pandemia, no hay trabajo y sufrimos una economía con 70 por ciento de informalidad, ha sido una falta de respeto poner a un personaje como Pari a plantear soluciones. ¿Con lo dicho por este caballero, que en realidad no fue nada, piensan aliviar los bolsillos agujereados de ese “pueblo” que tanto menciona el profesor Castillo cada vez que se para en una plaza?

Va quedando claro que en un eventual gobierno de Castillo, primará lo ideológico antes que lo técnico, el palabreo para la tribuna y el floro barato como el de Pari o la señora Celeste Rosas, antes que la necesidad de una economía sana que atraiga inversión y el empleo que la gente necesita antes que le estén regalando alimentos a cambio de votos para una eventual constituyente o las reelecciones que se puedan venir.

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