En mayo de 2021, en plena campaña de la segunda vuelta presidencial, se hicieron virales las grabaciones en que el congresista Bermejo afirmaba que “nosotros [Perú Libre] somos socialistas, y nuestro camino de nueva Constitución es un primer paso y nosotros, si tomamos el poder no lo vamos a dejar, con todo el respeto que se merecen ustedes (sic) pelotudeces democráticas, nuestra idea es quedarnos para instaurar un proceso revolucionario en el Perú”. La mejor muestra de que encarnaron estos pensamientos fue el autogolpe de Pedro Castillo, el 7 de diciembre pasado. ¿Cuáles son las pelotudeces democráticas que no comparte el congresista Bermejo? Pues, la vigencia de una Constitución que pone pesos y contrapesos dentro del Estado, las garantías para la participación política por medio de elecciones libres y regulares, así como las garantías que brinda el estado de derecho de que no se materializará la voluntad del más fuerte, sino que nos gobierna la fuerza del derecho, legitimado por nuestras instituciones representativas (todos lo hacemos y no solo el partido de gobierno).Quienes se han ido sumando a apoyar las protestas violentas emplean como eslogan: “Yo prefiero estar con los que luchan por sus derechos, que con los que luchan por sus privilegios”, el cual termina por justificar la violencia para alcanzar los fines políticos y eso no debe ser tolerado en una democracia. Los errores que ha cometido el gobierno no justifican el dejar sin alimento a la población, menos obstaculizar ambulancias ni promover que miles de personas pierdan sus trabajos.Bolivia ya vivió unas protestas así en 2003 y el presidente que siguió cambió la Constitución, estuvo hasta 13 años en el poder, desconoció los resultados de un referendo que lo inhabilitaba para volver a postular a un nuevo mandato, y renunció tras movilizaciones civiles por un intento de fraude. No volvamos la democracia un privilegio solo de otros pueblos.

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