El Diccionario de americanismos que las Academias de la Lengua habían venido preparando bajo la coordinación general del lingüista portorriqueño y español Humberto López Morales se iba a presentar solemnemente en el V Congreso Internacional de la Lengua Española que no se pudo realizar por culpa del terremoto que asoló a Chile, el país anfitrión. Finalmente se presentó en Lima el pasado mes de mayo, dado que la voluminosa impresión se había hecho aquí.

La cosa se vio empañada por una polémica exagerada por algunos medios: no atendieron algunas propuestas y la ortografía de los étimos quechuas no había sido corregida como lo solicitó la Academia Peruana. Otros muchos detalles se podrán aducir: falta consignar como propios del norte del Perú algunos términos como "checo" (nombre popular del "jaboncillo" que sí se consigna como usual en el sur del Ecuador). Pero son nimiedades ante un aporte formidable con que se ha dotado el idioma castellano, un exhaustivo repositorio (70 mil entradas con más de 123 mil acepciones) de la inmensa variedad de expresiones que lo conforman en toda su extensión americana.

Cabe resaltar la cantidad de locuciones y frases hechas como "llevar la contra" que son "expresiones animadas del idioma" como decía Arona. He contado 75 que se forman con "agua", 588 con el verbo "estar" y 685 con "dar": "dar pon" en Puerto Rico, como "dar un aventón" en México, es "dar jale" en Perú.

Perú alista también su propio Diccionario de Peruanismos. Lo dirige Julio Calvo con un equipo de colaboradores bajo la responsabilidad de la Academia Peruana de la Lengua, que dirige a buen puerto Marco Martos.

Un esfuerzo similar se hizo ya en Argentina bajo la dirección de Pedro Luis Barcia. Por su parte, la Sociedad Peruana de Estudios Léxicos (Spelex) promovida por Marco Ferrell, Rosa Carrasco y Luis Andrade y otros investigadores, viene acopiando materiales para tener el más completo corpus de ejemplos de léxico peruano actual y antiguo, con el que podría elaborarse un diccionario histórico (como se ha hecho en Costa Rica) así como un diccionario ejemplificado del español peruano actual (como se hizo en Chile).

También sería provechoso tener un diccionario escolar del castellano hablado en el Perú o un diccionario de uso actual (similares a los que se hicieron en México), etc. Ya contamos con un breve repertorio crítico ejemplificado (similar al que se hizo en Uruguay): Léxico peruano. Español de Lima (2008), preparado por Luisa Portilla, con apoyo de tres jóvenes prometedores: Paola Arana, Juan Quiroz y Éder Peña.

No existen diccionarios perfectos, sino que cada uno puede cumplir distintas funciones en la medida que se atienen a criterios objetivos con el cuidado y el sentido común necesarios. Ha llegado el momento en que las editoriales dejen de reimprimir para el Perú diccionarios hechos en España o en Colombia y brinden a los colegios y universidades un repertorio en el que se aclaren la ortografía, extensión, antigüedad y acepciones de cebiche (se admite ceviche), bamba, chompa, palta o tantos otros peruanismos. El Ministerio de Educación debería también intervenir para que los diccionarios que se emplean en los colegios peruanos sean realmente peruanos y no hechos en Bogotá o Madrid.

(...continuará)