Hoy, 29 de julio, no es feriado para completar la larga semana de descanso. Para responder el título de mi columna de hoy, reproduzco extractos de mi libro “LA RUTA DEL BICENTENARIO DEL PERÚ” – Tomo 2, publicado por el Diario Correo al cumplirse 200 años de nuestra Independencia Nacional: “…Se dio el domingo 29 de julio de 1821 y ha pasado a ser denominado como el Día de la Juramentación de Fidelidad a la Patria, en verdad que poco conocido con ese nombre pero que sigue siendo una práctica cívica nacional muy importante, precedida por el tradicional Tedéum, que significa “A ti, Dios”, uno de los primeros himnos de la cristiandad.

Luego de las inolvidables escenas de felicidad y éxtasis nacional del 28 de julio de 1821, en la mañana del día siguiente, el arzobispo de Lima, Don Bartolomé María de las Heras procedió a la solemnidad religiosa iniciada por él mismo entonando el referido Tedéum y presidir enseguida la misa de acción de gracias. La oración congratulatoria la presidió el Padre franciscano Jorge Bastante. Al final de los oficios, el libertador San Martín junto a todo su séquito, volvió a Palacio no pudiéndose librar de las vivas y aclamaciones pronunciadas espontáneamente por los vecinos de la capital. El Cabildo secular luego se reunió con el objetivo de prestar el denominado juramento de fidelidad a la patria.

El primero en hacerlo fue el alcalde de Lima, conde de San Isidro, en manos del regidor más antiguo, que era Don Francisco de Zárate, y luego lo hicieron los demás regidores. Ya por la noche de aquel domingo 29 de julio, San Martín invitó a una recepción en Palacio a los vecinos notables de Lima, continuando la fiesta con el relieve de la tenida del día anterior”. (pág. 84-86).