A solo dos días de que asumiera el cargo, el Ministerio Público abrió una investigación contra el nuevo titular de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana Ysa, por ser el presunto instigador del delito de tráfico de influencias agravado, y cohecho activo específico, en agravio del Estado.

Esto porque, al igual que su antecesor y ahora flamante ministro de Trabajo, Daniel Maurate Romero, Arana Ysa tiene conversaciones con dos de los implicados en el caso “Los cuellos blancos del puerto”: el preso expresidente de la Corte Superior de Justicia del Callao, Walter Ríos; y el prófugo exjuez supremo César Hinostroza Pariachi.

La designación de Arana Ysa podría considerarse como un error sino fuera porque comparte el antecedente con Maurate Romero. Se nos hace difícil de creer que un gobierno que necesita tender puentes y brindar estabilidad para recuperar la confianza en el país, destruida sistemática por el golpista de Pedro Castillo, repita un error tan grosero sin haber sopesado los pro y los contra que esto traería.

Lo peor podría ser que no lo supieran, aunque ya el mismo Arana aseguró que el premier Otárola estaba al tanto de las sentencias y las denuncias en su contra y pese a ello fue colocado en tan importante cartera.

Si este es el nuevo ministro de Justicia, ¿cuál será el perfil de quienes no consiguieron el puesto?

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