Debemos usar el caso de San Marcos para profundizar sobre un problema que nadie quiere ver: La Universidad Pública. En Argentina, el presidente Javier Milei también enfiló sus baterías hacia la terrible corrupción que esconde el supuestamente “inofensivo” mundo universitario público, pero que en realidad es parte del problema en nuestros países. La Universidad Pública se financia con el dinero de todos los peruanos, pero hay un grupo de alumnos y profesores que creen ser los dueños de las universidades que le pertenecen al Estado.

En el Perú tenemos 32 universidades públicas que tienen un presupuesto aproximado de S/.6698 millones de soles. Cada universidad tiene más presupuesto que varias municipalidades y el presupuesto total de las universidades supera la asignación anual para luchar contra la anemia, la pobreza o la construcción de infraestructura básica. Resguardadas en su “autonomía”, las universidades se han convertido en un nido de corrupción y de lucha de poderes: contrataciones, consultorías, compras directas, viajes, pago de investigaciones, etc... Son miles de millones sin fiscalización real. Si el presupuesto universitario fuera correctamente invertido tendríamos laboratorios de clase mundial, vivienda estudiantil, alimentación de calidad, producción académica competitiva en el mundo e innovación reconocida. Pero esto no es asi. Por ello, creo que es necesario tomar el toro por las astas y comenzar a auditar la Universidad Pública. Solo auditando los presupuestos entenderemos ¿Qué pasa en la universidad peruana?