El megapuerto de Chancay ha avanzado significativamente gracias a una inversión privada y multimillonaria, de modo que se inaugurará el próximo noviembre: dentro de un par de meses, Chancay convertirá al Perú en el ‘hub’ portuario de América Latina. Para empezar habrá una reconfiguración del transporte marítimo en el Pacífico, que afectará sin duda a los flujos comerciales que salen de Chile, a los flujos de comercio internacional que se transportan del nordeste brasileño y a los de toda sudamérica al Asia. La línea directa Chancay-Shanghai reducirá el transporte marítimo aproximadamente en 15 días. Este impresionante megapuerto propiciará, esperemos más temprano que tarde, no solo polos de desarrollo importantes en la costa peruana, sino también en la sierra y la selva de nuestro país. Toda una revolución, nuestro “Canal de Panamá”.
Raimondi nunca dijo que “el Perú era un mendigo sentado en un banco de oro”, pero vaya que hemos estado sentados en riquezas como el guano, el salitre, el caucho y la pesca, riquezas que se han evaporado gracias a un Estado ineficiente y corrupto y a un empresariado mercantilista.
Este gobierno recibirá este megapuerto en el momento en que en Lima se estará celebrando la versión 2024 del Foro de APEC. Tendremos aquí a los dos hombres más poderosos del mundo: Joe Biden y Xi Jinping.
¿Hará en lo que queda para la inauguración el gobierno de Dina Boluarte algo significativo para mostrar a la ciudad de Chancay, población con 65,000 habitantes, y que carece de servicios básicos y de un simple complejo policial, para que tenga una apariencia de población digna? Digna, o por lo menos, a la altura de lo que se pretende presentar como la joya de la corona. ¡Ojalá no nos haga pasar una vergüenza!... Entienda que el puerto no solo es el muelle y el patio de maniobras, extrapola esos muros y más… Por Dios, señora, escuche al alcalde de Chancay.