El currículo lineal, segmentado, predecible, mecanicista ya no sirve para estos tiempos. Todas las reformas educativas de los últimos 30 años suman cero porque nos mantienen en el mismo lugar de partida. Se han concentrado en modificar el currículo en vez de abordar los otros componentes cruciales del sistema educativo.
La mayoría de los académicos y funcionarios educativos no están interesados en el cambio de paradigmas porque les mueve totalmente el piso. Por su parte los gobernantes no están listos para cambiar. Les resulta muy duro salirse de la obsesión por medir los resultados de lo que se enseña en las diversas áreas académicas para girar hacia hacer un perfil por alumno y enfocar los resultados a los logros en autonomía, unicidad, pasión por aprender, creatividad, mentalidad emprendedora.
Queda entonces la pregunta de cómo podría ser un currículo alternativo y me quedo con la sugerencia de Yong Zhao de tomar el perfil de cada individuo como la unidad de construcción de un currículo personalizado. Sugiere tomar de la carga curricular un 30% para que sea definido por el gobierno para garantizar que las personas sean funcionales a la sociedad en la que viven. Pero no es eso lo que hace que sean exitosos. Hay otro 30% que tiene que adecuarse a las realidades culturales particulares de cada país, con sus tradiciones, economía, realidades sociales, y en particular a la cultura local de cada colegio. Y eso deja un 40% de la carga curricular para que cada alumno determine qué quiere estudiar, investigar, profundizar. Así, daríamos paso a un currículo alumno-centrado.