Pedro Castillo busca a toda costa disolver el Congreso de la República porque ya no se siente seguro. El avance de la Fiscalía en el caso “Los Niños” por compra de votos para blindarlo y los destapes de la prensa han hecho que su holgada mayoría parlamentaria criminal se reduzca a sujetos temerosos que ahora son impredecibles. Si bien mantiene los números para bloquear una vacancia presidencial, esta seguridad se reduce en los casos de inhabilitación o suspensión.

Frente a este escenario incierto, Castillo ha copiado el modelo del lagarto Martín Vizcarra: confrontar al Congreso y buscar su disolución. Los torpes esfuerzos de Aníbal Torres con una cuestión de confianza archivada por la Comisión de Constitución, la anémica movilización llamada “Toma de Lima”, que no pasó de una decena de vagos, y las amenazas del Ejecutivo al Congreso, han recibido una respuesta “contundente” del Poder Legislativo que puesto en evidencia la desesperación presidencial.

El enemigo es uno solo y se llama: Pedro Castillo. Por eso el Congreso y, especialmente, sus congresistas patriotas, deben de responder contundentemente presentando la moción de vacancia que ya cuenta con 66 firmas y recolectando las firmas para la moción de suspensión temporal. No esperemos el contrataque de la mafia, el Congreso debe responder con fuerza y firmeza con el apoyo de todos los peruanos.

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