La semana pasada fue Isabel “Chabelita” Cortez (Cambio Democrático-Juntos por el Perú) y ahora Flor Pablo (no agrupada) y Pasión Dávila (Bloque Magisterial). Estos tres legisladores han sido sorprendidos “aprovechando” la semana de representación que se cubre con fondos públicos, es decir con plata de todos los peruanos, para hacer proselitismo a favor de las nuevas agrupaciones a las que pertenecen, algo reñido, sin duda, con la legalidad, la ética y el respeto al ciudadano.
Es por eso que urge eliminar de una vez la llamada semana de representación que ante la proximidad de las elecciones está a punto de convertirse en “semana de campaña pagada con fondos públicos”. Casos como los conocidos hasta ahora serán tema de todos los días, pues sabiendo que hay rabo de paja entre los colegas y que la Comisión de Ética está pintada en la pared, nuestros padres y madres de la patria saben que pueden hacer lo que quieran y que nada les va a pasar.
Recordemos que la reelección congresal ha sido resucitada por este mismo Congreso, por lo que los actuales legisladores son potenciales candidatos a repetir el plato, y qué mejor para ellos que aprovechar los viajes que les paga el Estado para promocionarse. Parten con ventaja sobre el resto de aspirantes que en teoría tendrían que usar sus propios recursos para llevar sus propuestas a los electores. Por eso, reitero, la semana de representación debe entrar en receso al menos hasta el fin de la primera vuelta de las próximas elecciones.
Lo ideal sería que los propios legisladores se autorregulen y que cuando viajen en semana de representación se dediquen celosamente a hacer su labor parlamentaria. Sin embargo, no se puede pedir mucho a “mochasueldos”, “niños”, fiesteros y escuderos de corruptos y hasta de un vil golpista. Ya hemos visto que algunos no respetan ni la impresora del Congreso o que aprovechan el pago de los bonos a sus trabajadores para lanzarse sobre sus bolsillos y tarjetas bancarias a fin de llevarse algo.
Sería bueno escuchar en estos días que algún legislador o bancada ha salido a promover la suspensión de esta forma de campaña encubierta con fondos públicos. El que quiere promocionar su rostro y sus propuestas, o incluso hacer planteamientos demagógicos, que lo haga con su dinero, que para eso se les paga un sueldo, en muchos casos inmerecido. Dejen de sacarle la vuelta a los peruanos, dejen de vivirlos. Si les parece poco lo que reciben, bien podrían dedicarse a una actividad más lucrativa.