La masacre sin precedentes de israelíes perpetrada por Hamás el 7 de octubre, entusiasmó a sus simpatizantes en Gaza y en el exterior, y deleitó a sus patrocinadores en Irán, pero también unió al pueblo israelí en torno a la necesidad de impedir que Hamás vuelva a masacrar a sus hijos.
Hamás no es rival para las capacidades militares de Israel. En este momento, su mejor chance de sobrevivir es movilizar una presión internacional masiva sobre Israel, obligándolo a dejar de operar en Gaza. Para lograrlo, Hamas se esfuerza por instigar muchas bajas palestinas y generar tanta destrucción como sea posible, así como difundir las imágenes resultantes en todo el mundo para presionar a Israel, a un alto al fuego prematuro.
Hamás utiliza a los civiles palestinos como escudos humanos colocando su infraestructura terrorista dentro o debajo de casas, escuelas, mezquitas, iglesias y hospitales. Hace apenas unos días, fueron encontrados varios túneles construidos debajo de un hospital y cerca de un parque de diversiones.
Cuando los cohetes defectuosos explotan dentro de la propia Gaza dañando civiles palestinos, Hamás culpa engañosamente a Israel, incitando a la violencia y al odio, generando reacciones antisemitas en todo el mundo.
Hamás desea desesperadamente desviar la atención de la horrenda masacre de 1.400 israelíes y el secuestro de 240 personas – incluyendo mujeres y niños - victimizándose y tratando de recuperar la simpatía de algunas audiencias internacionales.
Sin embargo, es un hecho que la organización terrorista Hamás, es financiada por Irán y es una parte integral del movimiento yihadista, cuyo fin es destruir y borrar a Israel del mapa. Asimismo, debe quedar claro que no es un movimiento de liberación nacional sino un gemelo de ISIS que provoca devastación, inestabilidad y sufrimiento.
Hamás constituye una amenaza inmediata tanto para los civiles israelíes como para los palestinos. Así como los atentados suicidas con bombas y los ataques con embestidas de vehículos se dirigieron primero contra israelíes y luego se extendieron a Europa y más allá, la masacre del 7 de octubre bien puede inspirar a los terroristas yihadistas de otros países, a llevar a cabo atentados similares.
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