No hay necesidad de aprobar las evaluaciones censales de 2° grado para sumar 1+1 en ciencias políticas: si Sunedu choca con intereses universitarios que tienen un back up en determinados grupos políticos y congresistas, estos se ocuparán de desacreditarla y, si es posible,
desaparecerla. Procurarán desacreditar ética y profesionalmente a Martín Benavides y su consejo directivo para desprestigiarlos y eliminar la Sunedu, o colocar en sus puestos claves a personas que puedan manipular a su gusto.
No está en discusión que puedan revisarse normas, procesos y detalles específicos de su quehacer, a lo que Martín Benavides nunca se ha negado. En su momento, yo planteé algunos reparos respecto a la Ley Universitaria y los alcances de Sunedu para procurar levantar el techo de las denominadas buenas universidades. Pero a estas alturas del camino, de lo que se trata es de preguntarse por qué la Comisión de Educación, con respaldo del pleno, parte de la premisa de que hay cosas oscuras y corruptas en su operación que merecen que se abra una comisión investigadora, que a todas luces distraerá tiempo, recursos y esfuerzos de Sunedu, en lugar de concentrarse en terminar esta etapa de su trabajo de licenciamientos en diciembre. En lugar de hacer un grupo de trabajo para ver cómo apoyar a Sunedu, se plantea crear una comisión para entorpecer y desacreditar.
La ciudadanía preocupada debería expresar su sentir para bloquear los afanes desestabilizadores gestados por intereses particulares. Si permite que se desacredite y descabece a Sunedu, estarán avalando el triunfo de la mediocridad.