En su innecesariamente extenso mensaje al país con motivo del aniversario patrio, la presidenta Dina Boluarte ha anunciado el cambio de nombre del Ministerio del Interior por el de Ministerio de Seguridad Pública, algo que quedará en la irrelevancia si es que no se toman medidas de verdad efectivas y rápidas para luchar contra la criminalidad, y no se tiene la voluntad política de tomar al toro por las astas.

De qué vale cambiar de nombre al ministerio si los delincuentes van a salir a los tres días de ser arrestados, y no se combaten los focos de corrupción que hay dentro de la Policía Nacional, donde los malos elementos, los ladrones, los coimeros, los sinvergüenzas, conviven con los buenos agentes, los valerosos, los que sí están dispuestos a poner el pecho por la ciudadanía.

Qué va a cambiar con un nombre diferente si hay policías como los que encubren al delincuente Vladimir Cerrón por aparentes presiones políticas de gente con poder a la que le conviene que este evadido de la justicia no caiga y hable todo lo que sabe respecto a los protagonistas de la campaña electoral del 2021.

El cambio de nombre del Ministerio del Interior solo tendrá sentido si viene de la mano con casi una refundación del sector y de la Policía Nacional, pues en estos momentos ambos parecen ser parte del problema y no de la solución.

TAGS RELACIONADOS