Llama la atención ver por estos días al premier Guido Bellido tratando de lavarse la cara y quitarse de encima la mala fama que le ha dado su conducta machista y misógina, y su cercanía ideológica con bandas terroristas, a través de acciones que parecen sugeridas por asesores de imagen muy elementales que deben creer que los peruanos son tontos.

En medio de las críticas por repudiable agresión verbal a la congresista Patricia Chirinos, elegida por la provincia constitucional del Callao, Bellido fue a tomarse fotos con mujeres de organizaciones de base  del vecino puerto y apareció con una gorra del Sport Boys, como queriendo dejar en claro que las mujeres de dicha jurisdicción lo apoyan.Luego estuvo en una reunión con alcaldesas, dando discursos generosos y en defensa de las mujeres, que nada tienen que ver con las actitudes que ya conocemos de este sujeto cuyo único mérito es ser hombre de confianza del sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón.

El sábado último, mientras se le critica por por su simpatía con Edith Lagos, a Bellido -famoso por preguntarle a una periodista “¿qué tienes contra los senderistas?”-, no se le ocurrió nada mejor que visitar la gloriosa Escuela de Comandos del Ejército, en Chorrillos, donde se forjan los soldados que siguen combatiendo al terrorismo que tanto alaba este personaje. Fue casi una profanación.

Sin duda el hombre está tratando de lavar su desastrosa imagen, pero habrá que ver quiénes le creen. Dudamos que muchos, a estas alturas, lo hagan.