Hemos escuchado muchas veces que la tecnología no es buena ni mala, ni siquiera la que produce energía nuclear. Todo depende de cómo se use. Nada más cierto para el caso de las tabletas digitales que son útiles en mentes preparadas para usarlas, más no en las inmaduras y que no tienen control externo.
La Asociación de Pediatría Canadiense ha publicado recientemente sus recomendaciones respecto al consumo de medios digitales en edades tempranas que se parecen mucho a las de la Academia Americana de Pediatría. Sostiene que el consumo de pantalla por encima de los límites sugeridos puede contribuir a un déficit de aprendizaje, pérdida de oportunidades de relaciones interpersonales, impulsividad, desatención, disminución del vocabulario, problemas de adicción y de lenguaje y mucho más (“No te engañes, tu hijo no necesita una tableta”, El País, 16/07/2017).
En particular, las recomendaciones para los niños de menos de 5 años son muy precisas: 1. Nada de consumo para los niños de menos de 2 años; 2. Menos de una hora al día para los niños de entre 2 y 5 años; 3. Nada de consumo una hora antes de ir a la cama; 4. Nada de consumo pasivo de pantalla en los parvularios (o películas comerciales); 5. Concretar tiempos libres de pantalla durante las comidas y durante el tiempo de lectura.
Junto con estas recomendaciones se sugiere estar presente cuando el niño consume la pantalla procurando contenidos educativos y tolerancia a la frustración de suspender su uso para hacer otra cosa.
Antes, “todo el mundo fumaba” y solo los previsores se cuidaban. Es el turno de cuidarse del mundo digital.