Hoy el país se debate entre la crisis, el desgobierno, la inestabilidad y la falta de confianza en las instituciones. Quien debe resolver estos problemas no solo es inepto, demagogo y mentiroso sino también es insensible y cruel ante los sufrimientos de los sectores más vulnerables, como, por ejemplo,  los menores con cáncer. De esta forma no hay posibilidades de encontrar alternativas para mejorar la situación del Perú.

Es condenable lo realizado por el presidente Pedro Castillo en febrero de este año, quien montó un show en Palacio de Gobierno para prometerle a decenas de niños con cáncer que no se preocupen y que tendrían ayuda económica, incluso les enseñó un simbólico cheque de 4 mil 186 millones de soles. Al final todo fue mentira, todo fue una campaña para mejorar su imagen. “No había necesidad de hacer ese show. Él solo pensó en su imagen. No pensó en nuestros niños”, dijo María Lumbre, presidenta de la Asociación de Niños con Cáncer. “Fue una decepción porque hasta la fecha no se cumple nada.  La situación está peor”, manifestó a su vez Karina Pujay vocera del Colectivo Ley del Cáncer Infantil.

Prometer y no realizar es deplorable, pero hacerlo con niños con cáncer (la mitad de 60 de los que acudieron a Palacio han fallecido sin recibir ayuda, según Karina Pujay) habla de la incapacidad moral del mandatario. Una vez más el presidente Castillo ha demostrado que no tiene un respeto a los ciudadanos ni desarrolla un concepto de convivencia de acuerdo a un proyecto común.

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