En medio del desmadre de este gobierno, donde el propio presidente Pedro Castillo y sus ministros tienen vínculos con el terrorismo, hubo un hecho que sucedió el 28 de agosto último durante la conmemoración del 92 aniversario de la reincorporación de Tacna al seno de la patria, que ha llenado de indignación y malestar a miles de habitantes de la Ciudad Heroica hacia el mandatario y Perú Libre, tras el remedo de la siempre solemne procesión de la bandera que protagonizaron.

Como bien ha señalado días atrás el profesor Miguel Ángel Rodríguez Mackay en su columna de este diario, Tacna, su pueblo y su memoria colectiva han sido pisoteados, pues a pesar de que por la pandemia se acordó suspender la tradicional procesión de la bandera cargada por mujeres, que recuerda con silencio, pesar, pulcritud y sentido patriótico el retorno de Tacna al Perú tras los infaustos años de cautiverio, quienes hoy están en el gobierno llevaron a cabo su propio “paseo” del símbolo patrio.

Luego de la ceremonia a la que asistió el presidente Castillo y algunos ministros, al mandatario no se le ocurrió nada mejor que dar un “balconazo” desde el antiguo local de la Municipalidad Provincial de Tacna. Antes de eso, quizá queriendo darse un baño de popularidad, el gobernante permitió que ingrese al centro de la ciudad un remedo de procesión a cargo de militantes de la agrupación política que lo llevó al poder y que es encabezada por el sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón.

Las imágenes muestran cómo esta “procesión” fue llevada a cabo sin orden, sin protocolo, sin respeto y en medio de autos, “antauristas” y vendedores informales. Más parecía una pachanga callejera. Una vergüenza y un agravio a los tacneños y a su heroico suelo. Ahora la presidenta de la Benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna, Viviana Cohaila Salinas, viene exigiendo al jefe de Estado y al partido de Cerrón unas disculpas públicas por el uso político de un acto tan significativo.

El gobierno marxista leninista de Castillo y compañía, tan contaminado por sus nexos con el terrorismo, no pueden venir a pisotear las tradiciones y los homenajes a los peruanos que hasta con su sangre han contribuido a forjar nuestro Perú. La mujer tacneña, protagonista de la procesión de la bandera que se inició en 1901 aún bajo el cautiverio chileno, es un ejemplo de amor a la patria. Correo, un diario que vio la luz en Tacna hace 59 años, no puede ser indiferente ante semejante afrenta.

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