Mientras el Gobierno impuso el estado de emergencia en dos distritos limeños y una provincia piurana, el comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Jorge Angulo, reveló que su institución tiene serias dificultades materiales para enfrentar la ola criminal que azota el país y por ello pidió se declare en emergencia también su institución. Los motivos detrás de esta solicitud son preocupantes. Por ejemplo, aproximadamente el 50% de los patrulleros de la PNP se encuentran inoperativos, lo que representa una grave limitación para la capacidad de respuesta de la policía en situaciones de emergencia.

Es decir, mientras se busca combatir la delincuencia, se ha revelado una situación alarmante en la PNP, encargada de mantener el orden y la seguridad en el frente interno.

Esta situación pone de manifiesto una dolorosa verdad: la declaratoria de emergencia del Gobierno parece ser improvisada y carente de una planificación adecuada. Si bien es indudable que la lucha contra la delincuencia es una prioridad, no se puede pasar por alto la necesidad urgente de fortalecer y equipar a la PNP para que cumpla con su deber de mantener la seguridad ciudadana.

Es esencial que el Gobierno atienda de manera inmediata esta crisis en la PNP, proporcionando los recursos necesarios para que la policía pueda operar de manera efectiva y garantizar un buen trabajo. La situación actual de la PNP es un llamado de atención que no podemos ignorar.