Luego del revuelo causado por sus declaraciones, la titular del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar, intenta voltear la situación adversa que ella misma desató al afirmar que quienes la cuestionaron por pedir a la ciudadanía que ore por las autoridades, para que estas no roben, “tratan de desacreditar la oración”.

No es así. Quienes la cuestionan por sus dichos no lo hace, creemos, por su fe, ya que los ciudadanos tenemos todo el derecho de poseerla. Es lo bueno de vivir en un estado laico donde se respetan todas las religiones.

Lo que se le critica es que intente endilgar una responsabilidad personalísima, como lo es cometer actos de corrupción siendo autoridad, ya sea elegida o nombrada a dedo, como es su caso, a situaciones externas.

Por ejemplo, que alguien decida embolsicarse el 10% de una obra no es culpa de la falta de oraciones de la ciudadanía. Al afirmar que la critican por decir eso, o se burla de los ciudadanos o simplemente menosprecia la inteligencia de todos los peruanos.

Que mejor reconozca que se equivocó y salga de esta situación de una buena vez. Ya ni pedir que renuncie al cargo porque muchos dijeron y actuaron peor, y continuaron con el fajín y ni se despeinaron.

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