En una muestra de 3826 adolescentes de 15 a 19 años de Montreal (5% del total), las investigadoras neurocientíficas canadienses Conrod, Laviolette, Balodis y Khokhar encontraron que aproximadamente uno de cada cinco adolescentes canadienses consume cannabis. El efecto era un poco mayor en varones que en mujeres.
La adolescencia está asociada con la maduración de las funciones cognitivas, como la memoria de trabajo, el razonamiento perceptivo, la toma de decisiones y el control de la impulsividad.
Este es un periodo altamente vulnerable para el desarrollo del cerebro, ya que representa una etapa crítica en la que se establece una conexión reguladora entre las regiones de orden superior de la corteza y los circuitos de procesamiento emocional más profundos dentro del cerebro. Es un periodo de remodelación fuerte, el cual origina que los adolescentes sean altamente vulnerables a los trastornos del desarrollo relacionados con las drogas (Growing up high: Neurobiological consequences of adolescent cannabis use, May 26, 2019 Canadian Association for Neuroscience).
En momentos durante los cuales se discute la legalización del consumo libre de la marihuana y se publicitan los efectos medicinales benéficos de los componentes cannabinoides de la planta de la marihuana (Tetrahidrocannabinol THC y cannabidiol CBD), los adolescentes pueden asumir genéricamente que fumar marihuana no hace daño alguno y que es normal hacerlo.
En ese sentido, cabe señalar que se debe estar alerta y orientar debidamente a los adolescentes, además por supuesto de analizar las causas que llevan al consumo tóxico e ilegal, a fin de prevenirlas.