1° Que nuestras autoridades sigan diciendo que han cerrado contratos con diversas empresas farmacéuticas y que vendrán millones de millones de dosis de vacunas, cuando la verdad es que no hemos pagado el total de su costo para asegurarlas. Siguen jugando con las fechas y los números y eso lejos de promover esperanza ciudadana, allana la frustración que puede terminar exacerbando la ira colectiva.

2° Que el gobierno no cuente con un único vocero con dominio en el lenguaje y en la estrategia de la comunicación para transmitir un sólido y potente mensaje a la nación para que no se distraiga al extraordinario trabajo de nuestros médicos, enfermeras, etc., policías y militares, contra el Covid-19.

3° Que hayamos cerrado contrato con la empresa farmacéutica Sinopharm permitiendo que llegue al Perú el primer millón de dosis de su vacuna para ser aplicadas a los peruanos de la primera línea y desde hoy, a nuestros adultos mayores, si acaso se contaba únicamente con resultados preliminares de sus estudios clínicos sobre el porcentaje de su eficacia. Sin caer en el prejuicio tonto porque sean chinas -también está la denominada guerra por las vacunas que como especialista no voy a desestimar-, solamente que esa sola circunstancia sea verdad, constituirá de iure un acto de lesa sanidad, que se traducirá tarde o temprano en implacables imputaciones objetivas previstas en la legislación penal del país.

4° Que los negociadores peruanos de las vacunas chinas involucrados en las anomalías de procedimiento de adquisiciones que la opinión pública ha censurado abiertamente, no sean involucrados en la calidad de responsables directos. Ante ese tamaño de encubrimiento de la acción delictiva inobjetable de funcionarios públicos por su incontrastable participación con carga impositiva de carácter administrativo pero sobre todo penal, de ser cierto, el país no puede ser burlado. Queda la advertencia de que cualquier acto para solapadamente evitarlo, también ipso iure, supondrá responsabilidad penal por omisión que tarde o temprano la justicia peruana tendrá identificar;

5° Aunque debí decirlo al inicio, denunciar a periodistas por hacer su trabajo de investigación sobre las vacunas, es inaceptable en una democracia. Lo censuro y lo rechazo.