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El fracaso de la reunión del presidente Martín Vizcarra con el gobernador regional de Arequipa, Elmer Cáceres, y algunos alcaldes, ha sido tan grande que ni siquiera con la sospechosa suspensión de Tía María ha sido levantada la paralización que afecta a todo el Valle de Tambo, pues ahora la gente que se opone a la explotación minera por parte de Southern está exigiendo la anulación del proyecto cuprífero que implica una inversión de $1400 millones.

A estas alturas, queda claro que la reunión del 24 de julio por la noche, en que el Mandatario acudió a la Ciudad Blanca para dialogar con el intransigente de Cáceres, no ha servido de nada. Más bien, a causa de ese encuentro, el Mandatario y sus ministros se encuentran en una situación muy delicada, pues es evidente que el jefe de Estado fue a decir que no estaba a favor del proyecto, y que debían buscar la forma de suspenderlo, cosa que finalmente sucedió el último viernes.

Ayer en el Valle de Tambo seguía el paro y las clases escolares continuaban suspendidas, pues los antimineros no están conformes con que el “autónomo” Consejo Nacional de Minería haya suspendido el proyecto por 120 días, luego de que el presidente Vizcarra lo ofreciera. Ahora piden que Tía María quede cancelado para siempre, pero no con la fuerza de la razón, los informes técnicos y las leyes, sino bajo el “argumento” del palo, la piedra y el bloqueo de la carretera Panamericana.

Y claro, los violentistas saben que nada les pasará, que la ley no es para ellos. Como muestra, acá un botón: desde hace varias semanas se viene postergando el inicio del juicio oral a los “espartambos”, que son los enmascarados que, como ahora, causaron desmanes en mayo del 2015 hasta lograr la suspensión de Tía María. Han transcurrido casi cuatro años y medio y estos tirapiedras no son procesados como se debe. ¿Qué dicen el Poder Judicial y el Ministerio Público?

El Perú está perdiendo mucho con esta situación, a la que nunca se debió llegar tras la experiencia del 2015. El presidente Vizcarra, a través del premier Salvador del Solar, se ha quejado por la difusión del audio, y quizá tenga razón. Sin embargo, el Gobierno debió tener en cuenta que en ese grupo había promotores de actos de violencia en los que nunca debió confiar, como tampoco debió confiar cuando le ofrecieron levantar el paro en el Valle de Tambo si Tía María se suspendía.