La representación ante la ONU es de vital importancia por ser la principal plataforma para la diplomacia y la cooperación global. Un espacio donde se toman decisiones claves y se juegan los más altos intereses desde la igualdad y la solidaridad que supone el legado de las revoluciones liberales del siglo XVIII. Donde el imperativo de la paz exige evitar una tercera guerra mundial que sería nefasta para la humanidad. La paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, el desarme, y el medio ambiente son grandes causas que requieren abanderados convencidos y conocedores de la realidad y de los valores de la democracia y el derecho. Desde la ONU se influye en las políticas y en la adopción de resoluciones esenciales para hacer cumplir ideales universales. Aspecto fundamental es la promoción de los Derechos Humanos en los que el reconocido constitucionalista Víctor García Toma es una autoridad en el Perú y en el mundo de habla hispana, lo que torna su presencia esencial para la creación y la implementación de normas y estándares internacionales, para denunciar y combatir violaciones y participar en su monitoreo y revisión. Son temas trascendentales de la Agenda 2030 y de los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Lamentamos que nuestro ilustre embajador haya sido relevado prematuramente, una pena por sus altas calidades y su experiencia vital como presidente del Tribunal Constitucional del Perú, autor de importantes libros de su especialidad e inspirador docente de generaciones de abogados y politólogos. No dudamos que en la ONU ha dejado muy en alto el nombre del Perú y la huella de su sapiencia y profundidad en sus discursos humanistas y de alto nivel jurídico y político. Es una pena, reiteramos, que deje tan pronto un cargo desempeñado con tanto brillo y eficiencia.
VÍCTOR GARCÍA TOMA, GRAN EMBAJADOR, columna de María del Pilar Tello
Columna de opinión.