Dos investigaciones sobre escuelas primarias publicadas en junio del 2018 muestran el poder que tiene darle suficiente tiempo a los profesores para establecer vínculos con sus alumnos para recién luego impulsar el aprendizaje (Two studies point to the power of teacher-student relationships to boost learning, Jill Barshy 21/05/2018)
Una es sobre la tendencia popular del “platooning” (maestros especializados en materias específicas que solo entran a clases para Inglés o Matemáticas). Otra es sobre la práctica del “looping”, término utilizado para referirse al caso de docentes que se quedan con los mismos niños por dos años seguidos y sin cambiarse para cada área curricular.
Encontraron que el platooning -introducido en varios estados norteamericanos a raíz de la presión por lograr mejores puntajes en las pruebas estandarizadas de grado- perjudica a los niños, mientras que el looping los beneficia. Si los maestros ponen por delante de los vínculos la exigencia académica, no les va bien. En cambio, a la inversa es beneficioso.
La teoría de que los mejores profesores de Matemáticas o de Comunicación que ya tienen una gran trayectoria pueden llegar así a más estudiantes y lograr con ello que los alumnos pudieran aprender resulta que no funciona. Para probarlo, Roland Fryer de la Universidad de Harvard condujo un experimento durante dos años (2013-2015) en los quintos grados de 23 escuelas primarias, llegando a esta conclusión luego de observar los puntajes en las pruebas estandarizadas. Publicó los resultados en la edición de junio del 2018 de American Economic Review. Encontró además que los estudiantes más vulnerables fueron más perjudicados, ya que obtuvieron una puntuación tres veces peor que los estudiantes a los que se les enseñó tradicionalmente.
A nivel internacional, en los 34 países más desarrollados que conforman la Organización para el Desarrollo de la Cooperación Económica, la especialización docente comienza usualmente en torno al sexto grado, exceptuando cinco países que utilizan constantemente maestros especializados desde el tercer grado. Sin embargo, seis países -incluidos Austria, Hungría, Noruega, Portugal, Letonia e Israel- hacen todo lo contrario. No solo no usan maestros especializados en la escuela primaria, sino que el docente promedio en estos países se queda con el mismo grupo de niños de escuela primaria durante al menos tres años. Y les va bien…