Foto: GEC
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Junto a Piero Ghezzi y Alfonso Segura han hecho un análisis sobre la situación de la epidemia en el país, ¿qué elementos han revisado para ello?

El principal indicador es la data con respecto a hospitalizaciones y a casos de pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Los datos con respecto al número de casos están determinados por el tipo de pruebas y la inconsistencia del Estado para aplicarlas día a día y a lo largo del territorio, lo que no permite medir con confianza cuál es el nivel real de la epidemia. Por otro lado, la data de fallecidos, que tiene limitaciones, te dice sobre el avance de la epidemia, pero con mucho rezago.

¿A qué conclusiones llegaron?

Lo que estamos encontrando es que la cuarentena ha tenido un efecto. La situación de la epidemia en el Perú sería mucho mayor si el Gobierno no adoptaba esta medida al inicio. Sin embargo, no hemos roto completamente la cadena de contagios. La metáfora que utilizamos es que el martillo aplanó la curva, pero no la chancó. Cuando revisamos la data de UCI y hospitalizaciones vemos que la tasa básica de reproducción (R) está alrededor de 2. Para achatar la epidemia se debe tener un R por debajo a 1. Un R significado que cada contagiado infecta a dos personas más y estas dos a dos más, y así hasta tener una explosión. A lo que hemos llegado es que la cuarentena ha ayudado pero no lo suficiente, lo cual nos pone en una situación de vulnerabilidad significativa de cara a los próximos meses.

¿El aplanamiento de la curva va en la línea del índice a la baja que menciona el Gobierno?

Hay una diferencia entre detener el carro e ir más lento. Si estábamos yendo a 80 km/h, hoy vamos a 30. La cuarentena era una medida de emergencia. El Gobierno mostró reflejos rápidos y, como pocos países en el mundo, la impuso antes del primer fallecido por COVID-19, pero por distintas razones las medidas de supresión no están teniendo efecto en el Perú como en otros lugares.

¿Ha identificado un porcentaje en el incremento de infectados?

Uno de los problemas que hemos visto es que la data disponible no es suficientemente completa. Una mejor recolección y publicación de datos ayudaría bastante a mejorar una evaluación. El Gobierno ha tratado de reducir el problema de las moleculares con las pruebas serológicas, implementando un protocolo doble. Lo que no queda claro es si la persona que da negativo primero se mantiene aislada hasta la segunda prueba.

¿Existe un margen de error en la data entre el rastreo y la identificación de los infectados?

La prueba es el primer paso. Los países exitosos en combatir la epidemia implementan tres cosas: pruebas, trazabilidad y aislamiento. Se identifica a un contagiado y a las personas con las que entró en contacto. Eso no lo estamos haciendo ahora. En vez que el Estado salga a buscar a los enfermos por coronavirus, son las personas con síntomas las que van al Estado para que les confirmen y aíslen. El proceso está de cabeza con respecto a lo que se hace en los países más exitosos.

Perfil

Alfonso de la Torre. Economista. Trabaja como analista en temas de macroeconomía y política comparada (con un enfoque en Latinoamérica), entre otros. Tiene estudios en Economía, Matemática y Relaciones Internacionales. Posee una maestría en Administración Pública y Desarrollo Económico.