Cómo combatir la obesidad infantil desde casa
Cómo combatir la obesidad infantil desde casa

"Si está gordito es porque está sano", se escuchaba decir a las personas antiguamente sobre los niños. Ahora se sabe que esa afirmación no es del todo cierta. Según datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay alrededor de 35 millones de niños con sobrepeso en el mundo y que viven en países en desarrollo como el nuestro. Adicionalmente, cerca del 25% de infantes entre los cinco y doce años de edad padecen de obesidad en el Perú.

Muévete, chiquillo. Para la doctora Cynthia Mesías, nutricionista del Centro Médico Integramédica de MegaPlaza, hay factores que pueden desencadenar la obesidad en los niños; como por ejemplo, la falta de prevención. Las personas suelen ir al médico cuando están enfermas o sienten dolor, pero lo correcto sería ir de forma preventiva para saber si estamos sanos. Por ello recomienda llevar a los niños a un especialista, para que exista una adecuada evaluación nutricional antes de que se presente un cuadro de obesidad.

Las costumbres que hay en el hogar también contribuyen a que un niño sea obeso. Por ejemplo, si los padres no realizan actividad física, es más probable que los niños tampoco adquieran ese hábito. Si no hay un plato con verduras a diario en la mesa, los pequeños no tendrán la costumbre de comer vegetales, o si los padres no dan el ejemplo de ingerir líquidos bajos en azúcar, pues los hijos probablemente tampoco seguirán esta costumbre saludable.

Por otro lado, otras causas de la obesidad infantil son los alimentos procesados que se expenden ricos en azúcares, grasas y sal. Ante ello, el año pasado se promulgó la "Ley de la comida chatarra", norma que promueve las loncheras saludables y desestima el consumo de golosinas, 'snacks', gaseosas, entre otros. Para agravar esta situación, tampoco existe una cultura deportiva infantil. "Los niños no dan importancia a las horas de educación física. No se les hace saber que es bueno para su salud y que no solo es un curso obligatorio", señala la nutricionista.

Flaco desde la panza. "La obesidad ya no se diagnostica solo por el peso, ahora se hace por el porcentaje de grasa que tienes en tu cuerpo y por la medida de la cintura", explica Mesías. Por ejemplo, un niño delgado con vientre abultado puede tener obesidad, así como uno obeso puede sufrir de anemia al igual que un niño desnutrido. Y es que este mal desata otras enfermedades a la larga: las personas obesas mueren en su mayoría por problemas cardiacos (infartos al miocardio), diabetes tipo II, problemas renales y de huesos.

Para evitar complicaciones, se debe prevenir tempranamente. Si al momento de la concepción uno de los padres tiene problemas de sobrepeso u obesidad, hay un 40% de riesgo de que su hijo también los tenga; y si ambos padres lo tienen, la probabilidad aumenta a un 80%. Es importante la buena alimentación de la madre gestante, así como la lactancia materna exclusiva, como mínimo en los seis primeros meses de vida. Las fórmulas infantiles son solo para casos especiales, pues si el niño nació sano, con buen peso y en el tiempo adecuado, no las necesita.

"Los bebés nacen con el paladar desarrollado para el sabor dulce, pero no para el agrio de las verduras; por ello las frutas son las que más debemos priorizar en los primeros años de vida y así se acostumbren a consumirlas", afirma la experta. De igual forma, si al menor se le habitúa a consumir líquidos bajos en azúcar, rechazará bebidas muy dulces como las gaseosas; de lo contrario siempre querrá más y más dulce.

TAGS RELACIONADOS