Edson Rivera Espinal: ​"EL CAJ ha perdido presencia y liderazgo" 

Extrovertido, jovial y deportista, el doctor Edson Rivera Espinal, exmagistrado y actual catedrático, postula al decanato del Colegio de Abogados de Junín y quiere devolverle el liderazgo.

¿Qué opina de la actual gestión del Colegio de Abogados de Junín?

Lamentablemente en estos últimos años, el CAJ ha perdido presencia y liderazgo ante la sociedad, habiendo descuidado su rol protagónico que como institución le compete. Recuerdo que hace años nuestra orden profesional era una institución referente ante las diversas entidades públicas y privadas, sobre todo ante la colectividad, y hoy por desidia de quienes

vienen conduciendo sus destinos, observamos que va de mal en peor, habiendo perdido credibilidad y respeto de la investidura que le corresponde.

Suena a pesimismo, ¿qué hacer? 

Creo que no todo está perdido, aún tenemos una luz de esperanza. Por ello, me siento muy orgulloso y digno de haber optado por la carrera del Derecho, a tal magnitud que si mi hijo me preguntara qué profesión estudiar, no tendría la menor duda de recomendarle la abogacía.

Frente a lo manifestado, ¿para qué postula usted al decanato del CAJ? 

Definitivamente, al ver las múltiples falencias, adversidades que atraviesa nuestro gremio profesional he decidido, gracias a la motivación de mis apreciados y respetados colegas abogados,

postular a la decanatura del ilustre Colegio de Abogados de Junín, porque ha llegado el momento de reivindicar y recuperar el liderazgo, así como la buena imagen del CAJ. Mi compromiso es salvaguardar los destinos de nuestra institución, el mismo que permitirá el respeto del abogado como profesional del Derecho, por ello inscribimos oportunamente nuestra lista denominada “Asociación De Abogados De Junín”.

¿Cuáles son sus principales propuestas? 

La culminación de la nueva infraestructura del CAJ será nuestra prioridad, estamos yendo a trabajar y velar por todos los abogados de la región que repercutirá en el bienestar de la sociedad. Por otro lado, suscribiremos un convenio para tener nuestro centro recreacional. Asimismo, tendremos capacitaciones en eventos nacionales e internacionales y atención en clínicas para todos los agremiados del CAJ. También vamos a elaborar y promover proyectos de ley ante el Congreso en beneficio de la sociedad.

Usted confía mucho en su experiencia y en sus logros profesionales, ¿con eso bastará para ganar? 

Soy doctor en derecho, magíster en derecho penal, abogado por la Universidad Peruana los Andes, catedrático universitario de pre y post grado en diferentes universidades nacionales y privadas del Perú, conferencista nacional e internacional en temas de derecho penal y derecho procesal penal, ex magistrado del Poder Judicial, conciliador extrajudicial, árbitro acreditado por la Cámara Peruana de Arbitraje, miembro del instituto Panamericano de Derecho Procesal Penal, presidente del Instituto de Litigación Oral y Criminalística “Illuminati Iuri” y especialista en litigación oral. O sea, este modesto historial de vida registra estudios y también gestión.

¿Cree que esas cualidades son suficientes? 

No, también también tengo un gran espíritu humano, soy emprendedor, siendo de las personas que respeta y revalora las diferentes manifestaciones y

expresiones culturales, especialmente del valle del Mantaro, amante de la identidad wanka y destacado deportista. Tuve el altísimo honor de vestir la camiseta de la selección de fútbol durante muchos años del CAJ, así como por la facultad de Derecho y CC.PP. de la UPLA, habiendo sido campeón en muchas ocasiones y sub campeón nacional en los Juegos Interuniversitarios.

¿Considera que su mensaje ya caló entre los agremiados del CAJ? 

Solo espero que en esta oportunidad, el agremiado al emitir su voto lo haga de conciencia, pensando en el futuro de nuestra magna institución, que confíen en mi persona y equipo que me acompaña, no los defraudaremos, mucho menos se arrepentirán, estamos convencidos de nuestra vocación de servicio y capacidad para demostrar buena gestión, tenemos disponibilidad de tiempo para dedicarnos de lleno.