Desde la fundación de Lima, los colores emblemáticos de la municipalidad capitalina han sido el amarillo y el azul, por lo que si se desea pintar escaleras, sardineles u otras obras, tendrían que usarse esos tonos y no el verde, como lo hace la alcaldesa Susana Villarán, afirmó el experto en temas ediles Julio César Castiglioni.

Opinó que cualquier ciudadano podría denunciar esta práctica ante el Indecopi, pues la burgomaestre hace publicidad subliminal al pintar "obras" (de otros) con el color de su partido.

"Se induce al vecino a identificar una obra con una agrupación política que ha usado en su campaña electoral esos colores partidarios", agregó.

De otro lado, el gerente general de Emape, Rafael López, dijo que se seguirá usando el color que los vecinos elijan para sus obras, como lo hizo en San Juan de Miraflores.

Según él, no hay normatividad técnica que señale que los accesos a los asentamientos humanos deban pintarse de algún color en especial.