GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Más de 30 estudiantes, entre niños y jóvenes, sufren a diario un calvario para cruzar el río Mantaro en un singular huaro y así llegar a clases.

Los menores pertenecen a las comunidades de Villa Mantaro, Amancay-Corralpampa del distrito de Rosario, que están obligados a cruzar 100 metros, hecho que demoran entre 15 a 20 minutos y con mucho esfuerzo para ir a sus clases en las I.E. de Larcay, distrito de El Carmen, provincia de Churcampa.

Durante estos años, muchos niños sufrieron accidentes en las manos, al ser prensados por las poleas que sujeta el cajón de transporte del huaro, como son los casos de Xiomara, Alfredo, y otros, quienes tienen que dar jalones a través del cable que soporta a la polea y que en este caso se encuentra oxidado.

Lo mismo sucede con los agricultores que quieren sacar sus cosechas y las personas de la tercera edad, que hacen un esfuerzo para cruzar el río.

RIESGO. La temporada de lluvias se avecina y el caudal del Mantaro empezará a cargarse. Xiomara Rupay Paccori de 10 años de edad, al igual que los demás niños, temen hacer esto todos los días, porque estarán propensos a mojarse en la lluvia al cruzar con el huaro y en algunos casos sufrir una caída al río, que ya en alguna ocasión estuvieron a punto de perder la vida. Los más pequeños son los que más temen pasar con el huaro y que algunos de ellos ya no quieren asistir a sus clases.

Mientras tanto sueñan que se les haga realidad un puente, ya que el huaro es el único medio para trasladarse, por lo cual hacen un llamado a las autoridades de la región que los puedan apoyar. Ellos piden un puente, aunque sea colgante, que sería una alternativa para comunicarse y transportar sus productos para su comercialización.

A la hora de la salida del colegio, los padres están pendientes para ayudarlos a jalar con una soga, pero temen que en algún momento puedan sufrir una desgracia.

El puente más cercano estaba ubicado a una hora del lugar, sin embargo, hace tres años fue arrasado por las aguas del río Mantaro y con mucho esfuerzo los comuneros gestionaron el huaro, solventado en su mayoría por ellos.