Esos valses jaraneros que hacían bailar de punta y taco a los huancaínos en las décadas de los 50 y 60 se escuchan muy poco. Se pierden en el tiempo.
Se extraña las melodías dolientes que brotaban del alma de los viejos criollos inspirados en el amor o en el desamor, también en la devoción por el terruño.
Veloz pasaron los años y estamos en un Huancayo muy diferente; por ello evocamos al otrora Club Estudiantes Unidos (EU) con sede social en el mismo corazón de la ciudad, Real 361, teléfono 3774.
Reunía a señores de la jarana, donde se rendía culto al cancionero criollo. Cuna del trío Los Serranos conformado por Orlando Duarte, Luis Guerra y Enrique Basurto. Don Augusto Duarte Chávez y Martha Castañeta Sánchez, reina de los carnavales en 1952, apadrinaron su aparición.
En las tertulias emocionaron las voces de Luis Tramontana, Luis Zúñiga y Antonio Espejo. El primero un intérprete con actuaciones notables en Radio Nacional, Lima, en el programa Voces y Canciones del Perú.
Los socios llevaban el criollismo en las venas y con motivo de las Bodas de Plata del club, el 14 de junio de 1967 brindaron un espectáculo artístico con la presencia estelar de Los Dávalos con la guitarra puntera de Fernando Loli.
Noche inolvidable, pues Los Aires del Perú, tuvieron el honor de compartir escenario con el afamado dúo mistiano. Julio Vargas y Tato Buendía entonaron Paraíso Serrano y Víctor y José Ciudad Blanca. Tope memorable.
El Centro Musical Karamanduca fue otro espacio valioso. El dúo Ronald Román - Eduardo Cárdenas elevó hasta el tope las banderas de la peruanidad.
El Flaco Ballesteros, Víctor Tello y Luis Mendiola secundaron a los cantantes más renombrados de la región y limeños de visita.
En la Época de Oro de la Canción Criolla vibró el alma popular huanca con la crema y nata del criollismo. Son imborrables los desfiles de ídolos por las tarimas de los cines Central y Real, respectivamente.
Ese mano a mano entre Los Embajadores Criollos y Fiesta Criolla es histórico. Y terminada la función Oscar Avilés, Humberto Cervantes y Panchito Jiménez enrumbaron al Casino Internacional.
Avilés siempre lo hacía. Era amigo íntimo de Carlos Peluca Belaunde; allí Oscar con su conjunto abrumó a los socios de la institución ubicaba en la calle Cusco 374.
Carlos fundó el Círculo La Palizada. Hubo guitarras, calón y castañuelas cada fin de semana para los osados cantores, declamadores y contadores de chistes.
LA QUINTA. Si la jarana no era en el EU o en el Casino Internacional, estaba la Quinta Vargas en Pilcomayo, hasta donde llegaban Jesús Vásquez, Oscar Pajarito Bromley con Los Chamas, Rómulo Varillas con Los Embajadores Criollos, Roberto Tello, Oswaldo Campos y Javier Gonzales. ¡Qué luminarias!
También el Carreta Jorge Pérez, Víctor y José Dávalos, entre otros, a invitación de Humberto Vargas. Las citas eran tras presentaciones en los cines Central y Real.
Evocamos estos espacios emblemáticos por el Día de la Canción Criolla, promovida por Juan Manuel Carrera y oficializada por el presidente Manuel Prado.