Llanto, dolor de enfermos agonizantes es parte del día a día en el servicio de emergencia del hospital de EsSalud, Ramiro Prialé. Una de ellas es Alcira García, la mujer que estuvo a punto de morir de un infarto, si no recibía atención inmediata.

"El corazón me latía fuerte, estuve a punto de sufrir un infarto, me iba a desmayar, me trajeron en silla de ruedas y estaba lleno, no podía respirar, pero me atendieron a tiempo y ahora estoy bien", dice la mujer, que continúa conectada a un monitor que evalúa la frecuencia cardíaca en el servicio de trauma shock; junto a otras dos pacientes a los costados que revisten similar gravedad.

OTROS ESPERAN. Afuera, una madre familia, aguarda al cirujano para que le pongan un tampón a su hijo, que tiene una hemorragia nasal, pero el galeno subió a piso para operar.

Mientras que las enfermeras de los tópicos están cercadas por largas colas de pacientes, que esperan la aplicación de inyectables, sueros, nebulizaciones.

"Aquí el problema es la demora, esto es emergencia, hay tanta gente esperando y no hay cuando atiendan mi hijo, tiene infección a la garganta", dice un padre de familia. Mientras Carlos Brañez, espera que le apliquen su inyectable y pide más enfermeras.

NO SON GRAVES. El jefe de guardia, César Vásquez, reconoció que en la cola hay mucho malestar de los pacientes. Empero la mayoría sufren de resfríos, cólicos y diarreas. "El 60% son pacientes que no deberían acudir por emergencia, solo el 30 a 40% son emergencia reales y un 10% son enfermos muy graves, que se atienden en el área de shock trauma", explica el galeno.

La congestión también obliga a que los pacientes sean ubicados en los pasillos como ocurrió el jueves con 6 enfermos, que requerían observación y aguardaron en una cama del pasillo.

"Hay pacientes en el pasillo, es una realidad, qué vamos hacer, si un enfermo requiere estar aquí no lo voy a enviar a su casa, de todas maneras lo tenemos vigilado", acotó Vásquez.

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