La vicuña en peligro por caza y descuido
La vicuña en peligro por caza y descuido

La vicuña representa la riqueza animal en el escudo nacional, y no es para menos. La fibra de este camélido sudamericano es una de las más finas del mundo y uno de los materiales de exportación no tradicionales que lleva la marca Perú a los mercados internacionales.

Quizás por eso se encuentran en la mira de inescrupulosos que buscan lucrar con las riquezas de este animal.

ATENTADOS. Según representantes del , en lo que va del año se ha reportado la muerte de 165 vicuñas, en cinco ataques ocurridos en Huancavelica, Moquegua y Ayacucho.

En esta última región se producen los mayores atentados contra estos camélidos, pues se han producido tres ataques que acabaron con la vida de 143 de estos animales entre enero y junio de 2016.

Estos actos delincuenciales ponen en peligro permanente a la población de vicuñas. Los presuntos cazadores aprovechan la topografía de la zona, y la búsqueda de agua y pastos por estos animales, para reunir ejemplares, matarlos y quitarles la fibra, hecho que se encuentra penado.

El , entidad responsable del manejo de esta especie, ha impuesto sanciones que alcanzan las 10 unidades impositivas tributarias (UIT) para quienes trafican con animales vulnerables.

AUSENCIAS. El expresidente del Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (Conacs) Enrique Moya indicó que la caza furtiva podría ser el menor de los problemas por los que pasa dicha especie en este momento.

Hasta el último censo poblacional de la especie, realizado en 2012, se contabilizaban 202 mil unidades vivas, lo que implica un crecimiento de solo 5 % anual con respecto al censo realizado en 2000.

Según el especialista, el Estado no cumple con su rol fiscalizador y protector de este recurso natural. Como ejemplo, indica que si antes los animales lograban dar hasta 250 gramos de fibra, ahora solo llegan hasta los 160 gramos, y en ocasiones se encuentran ejemplares con caspa e incluso sarna.

Moya explica que si la vicuña es uno de los recursos más rentables de los Andes, se debería poner más énfasis en su protección y potenciamiento, usando tecnología especial.

Asimismo, demanda una política nacional de conservación y manejo de los camélidos, mayor supervisión de los titulares del manejo y el fortalecimiento de los gremios de crianza.

RECUPERACIÓN. La puesta en valor de la vicuña se remonta a mediados del siglo pasado, cuando esta especie llegó a estar en un inminente peligro de extinción.

En una medición realizada en 1969, se halló menos de 10 mil ejemplares de este camélido en la región andina de cuatro países (Bolivia, Chile, Argentina y Perú), después de que alcanzara los 3 millones en la época de los incas.

Se llegó a esta cifra luego de siglos de caza indiscriminada de la especie para su exportación a Europa, donde la fibra y el cuero eran utilizados para producir prendas de vestir y otros usos industriales.

Desde entonces, los cuatro países firmaron el Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña, cuyo principal objetivo era proteger a esta especie, que se constituía como “una alternativa de producción económica en beneficio del poblador andino”. En este documento dichos países se comprometían a aprovechar gradualmente el recurso.